Regidor republicà empresonat pel franquisme.
Les seves cartes d’exili.

29/02/1940. Manresa. De la Maria al Josep Maria

Transcripció parcial

Manresa 29 de febrero de 1940

José M.º, esposo amado. Recibí tus cartas del 13,14 y 16 del presente mes de febrero, una de ellas certificada, conteniendo los 5 cupones de respuesta internacional. Te agradezco mucho que me mandes dichos cupones para poder escribirte con más frecuencia, lo que me sabría mal es que tú te perjudicaras por esta causa, ya que te cuestan muy caros. De todas maneras, lo que tú hagas para mí ya está bien y con ellos o sin ellos seguiré escribiéndote con frecuencia ya que sé que así estás más contento.

[…]

En las dos cartas anteriores te hablaba de que vieras la manera de poder venir tú a nuestro lado y esto era debido a que, por indicación mía, había un señor que hacía las gestiones necesarias para saber el resultado de tu venida aquí, y yo me ilusioné de tal manera antes de saber el resultado, y tenía y tengo un miedo tan grande a la guerra, que sin vacilar te aconsejé que vinieses antes de la primavera.

Ahora dicho señor me ha explicado el resultado de sus múltiples gestiones y yo te las explicaré a ti para que tú mismo decidas entre las dos cosas. Venir o quedarte.

Ha hecho hacer muchos informes en distintos lugares, de ti, y el resultado es satisfactorio relativo a tu persona, pero hay el cargo que tuviste que esto lo estropea todo y por él, sin pasarte nada grande, dice dicho señor que es seguro que te condenarían a algunos años de encierro.

Tú sabes mejor que yo en qué condiciones estás en este país, si te obligan o no a ir al frente y esto, al pensar en esto, es cuando me dan vueltas la cabeza.

Cuando me escribas procura explicarme la verdad de tu situación y entonces ya no dudaré y procuraré ser optimista en lo que tu decidas.

Yo solo deseo estar a tu lado, y si no vienes tú, vendré yo, pero no ahora ni dentro dos meses, pues prefiero, si ello es posible estar bien completamente. Pienso venir a finales de verano o primeros de otoño y hasta entonces puede solucionarse de alguna forma mejor.

[…]

Los niños rezan cada día para su papá y le mandan muchos millones de besos.

Te quiere inmensamente tu esposa que desea poder estar a tu abrigo.

Maria

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Josep Maria Álvarez Miguel (1905-1986)