“Josep Maria Planes murió -le mataron- sin haber demostrado todo lo que valía. No pudo madurar ni como escritor ni como periodista. Fue una estrella que, tras rápida ascensión con el brillo violento de todo lo nuevo, se apagó bruscamente, acribillada a balazos en la Rabassada. Sin embargo, pese a lo fugaz de su paso, dejó estela. No llegó a dominar con maestría y profundidad la profesión que había elegido, pero demostró originalidad con todo lo que hizo y por ello tan sólo merece ser recordado… Su nombre ha de identificarse siempre con el periodismo, en el que hubiera hecho cosas excelentes”