Recuerdos personales

Recuerdos de mi lucha en la clandestinidad (1ª parte)

 

Para comprender mi trayectoria de lucha por una sociedad más justa, social y democrática, donde los trabajadores conquistemos nuestros derechos de libertad, justicia e igualdad, como el derecho de reunión y asociación política y sindical, por una calidad de vida de la cual con el régimen de Franco carecíamos, hay que saber mis orígenes en el seno de una familia represaliada por el régimen por desafectos.

Yo nací estando mi padre encarcelado. Por eso desde muy niño ya tenía inquietudes políticas y sociales, pero en la situación política en que vivíamos era muy difícil luchar.

Al venirnos del pueblo hacia Manresa, en el año 1952, ya fue una premonición, pues salimos de Guadix, provincia de Granada, el día 11 de septiembre, el día nacional de Catalunya. Por eso y muchas otras razones de peso, como fue que fuimos bien acogidos en Catalunya, nos identificamos y nos integramos en esta sociedad.

Cuando me propusieron si quería organizarme en el PSUC, en 1967, no lo dudé ni un instante. Yo estaba casado y lo consulté con mi compañera Pilar que había sufrido la explotación desde los 10 años que empezó a trabajar en el textil, en jornadas de 12 horas diarias. Ella estuvo de acuerdo en que entrase en el Partido, pues sabía que solo con organización y lucha solidaria, podíamos avanzar en una vida más digna en el futuro.

Inmediatamente, a través de las reuniones clandestinas que celebrábamos, me puse al corriente de cómo era la situación y empecé mi actividad visitando a personas que conocía de la construcción y que sabía que eran desafectos al régimen. Les llevaba información y el Mundo Obrero y los invitaba a las reuniones que hacíamos de Comisiones Obreras en los locales de la residencia de sacerdotes en la carretera de Vic, en Sagrada Familia y en Cristo Rey. Muchos de ellos ya siempre fueron de Comisiones Obreras y algunos se afiliaron al PSUC.

Todas las tardes dedicaba un par de horas a la organización y al proselitismo. Era necesario llegar a los trabajadores, organizarlos y tenerlos bien informados y si eran cargos sindicales mucho mejor, así tenían argumentos para luchas por sus derechos y conseguir que sus compañeros en las empresas lucharan por la libertad de asociación, reunión, sueldos dignos y derechos sindicales.

En el Xup la célula del PSUC nos reuníamos asiduamente en mi casa los camaradas del Partido: el Picas, el Pateto, el Prieto y el Juan “el Guixaire”. Así mismo, venia el Manel a informar de los acuerdos del Comité Local del Partido y de las resoluciones del Comité Central, cuya principal tarea era luchar por la libertad, la democracia y la amnistía de todos los presos políticos. Esa era nuestra tarea, conseguir que los trabajadores se sumaran a las luchas y se solidarizaran con los compañeros en lucha, para que cada vez el movimiento obrero fuera más fuerte y más reivindicativo.

Al mismo tiempo con los camaradas del Partido veíamos que era necesario hacer una campaña de agitación sobre los problemas que teníamos en nuestro barrio. Todo eso fue un trabajo de hormiguitas.

Después de un tiempo tuve una conversación con el camarada del Comité Local del PSUC, Jaime Sala y me explico lo necesario que sería conseguir la aprobación y legalización de una Asociación de Vecinos, que orientara y encauzara la lucha para solucionar las deficiencias que teníamos en nuestro barrio.

Así empezamos nuestros esfuerzos para conseguir una mejor calidad de vida, fue una lucha colectiva y fueron muchos años de dedicación, pero lo hicimos y en 1972 conseguimos formar la Asociación de Vecinos del Xup, por medio de la cual conseguimos mejorar nuestro bienestar.

Continuará…

 

 

 

 

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