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Les 140 cartes de Daniel Torra i Ferrer al seu germà Albert
(octubre 1937-març 1950)

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22/9/1938   A las 19 h

Daniel Torra           Front

Albert Torra           Granada       (Reb. 30-9-38 / Cont. 5-10-38)

Archirequetequeridísimo (!) hermano:

Doy infinitas gracias a Dios y a toda su Celestial Corte por haber escuchado mis preces y haber conseguido que ¡¡¡por fin!!! recibiera carta tuya, lográndote localizar definitivamente. Hoy a las 15’30 h. (fecha y momento históricos en mi vida epistolaria) he recibido junto con otra esperadísima carta de la Sra. de Cazenave, la tuya, y las dos me han llenado de satisfacción. Hacía por lo menos dos meses que carecía en absoluto de noticias tuyas, y después de haberme enterado, como te dije, en Zaragoza y por la Madre Carmen de tu “paradero” había aumentado mi intranquilidad al ver que transcurrían los días y ni por error recibía una carta tuya que me confirmara lo sabido, y alejara por completo mi natural intranquilidad dejando bien sentada y precisa tu situación. Mi impaciencia me ha hecho escribirte tres (¡3!) cartas y otra a mi amigo el Alférez que hoy debes conocer de sobra Francisco Torres Pelayo monitor de la 1ª rogándole se informara y me comunicara con toda seguridad y urgencia si verdaderamente te encontrabas en la Academia y en caso afirmativo, razón por la cual no me escribías; aunque me sorprendía igualmente el silencio de la Sra. Acosta. Hoy comprendo que todo es debido sola y únicamente a la deficiencia del servicio postal, porque no es concebible que una carta tarde 10 días en ir y 8 en volver como así sucede. La felicitación que me transmites en tu mencionadísima misiva no puedo por menos que devolvértela, con mi agradecimiento, por el hecho, ya comprobadamente verídico y rigurosamente histórico de tu ingreso en la Institución militar granadina (añoradísima). Me alegro que estés en la 4ª Cia pasando luego a la 1ª (¡La de los éxitos! ¡La que pita! ¡La que no tiene sucursales!)

(23.9) Suspendí ayer tu carta un momento antes de cenar y no pude terminar el 1r plato, un suculento arroz con carne, porque luego te contaré lo que sucedió. Solo te digo de momento que hoy son las 13’15 y apenas he dormido, después de haber andado toda la noche por los montes. Después te lo contaré detalladamente y en reservas. Primero quiero contestar tu carta y comentarla en todos sus puntos. Quizá observes un poco de mal humor en el resto de la que te escribo debido sin duda al cansancio general de mi cuerpo y del “tute” recibido.

En un principio, como en una de mis cartas te indico, creí que nos habíamos encontrado en Granada pero no nos habíamos visto. Hoy ya veo que lo que ocurrió fue que nos cruzamos en el tren Granada-Sevilla, la noche del 28-29. De todo punto imposible vernos. Lo prefiero así a tener que lamentar tan desgraciada coincidencia.

Me felicito de que surtiera efecto inicialmente la postal que mandé desde Zaragoza al amigo Hurlé (¿) que junto con Torres Pelayo y un canario tendrás ahora en la 1ª de monitor. ¡No dudo lo más mínimo que lo tomarás con interés! ¿Qué cosa es la que tú la tomas displicentemente? En cuanto al dolor de vientre lo puedo equiparar a mi diarrea, que desde luego sigue tan lozana. Espero habrás visitado a la Sra. De Cazenave y habrás recibido tal como ella me indica en su carta (algunos párrafos de la cual te pienso transcribir) unas líneas ¿no? Procura que todo lo referente a esa familia sea prudente y comedido, aunque no tengo por qué hacerte estas prevenciones.

Espero que si te preguntaron en Régimen quedaste inmejorablemente calificado. Sobre lo del dinero, te repito por enésima vez que me comuniques inmediatamente si te hace falta que yo procuraré mandarte lo que pueda. Desde luego me parece muy bien la petición al Dr. Sirvent, y como tengo el convencimiento, por las razones que en otra anterior te expongo, de que te será insuficiente contando incluso con la paga adelantada que os hace efectiva la Academia, no sería nada disparatado que hicieras otra similar petición al Sr. Millán, que estoy convencido te atendería más cumplidamente si cabe, por razón de su situación que el Dr. Sirvent. Pero si te decides a obrar así ha de ser enseguida, porque la carta (que has de mandar por avión) tardará algo y el giro telegráfico (que has de solicitar) tampoco es seguro que llegue inmediatamente, y el curso va a terminar antes de que te des cuenta. Y es de todo punto preciso que encargues la ropa con cierta anticipación (La ópera – Punto Rico, etc.). Igualmente que los zapatos. En eso sí que te hablo por lo vivido, aunque no directamente por mí, porque no me compré (no pude comprarme) nada, por mis amigos y compañeros, que apenas les dio tiempo de hacerse nada, por haberlo encargado con demasiada justeza.

La logística, si como dices la tenéis con el P. Ponce, la tenéis aprobada. Y en Moral? Qué te parece el P. Justo? El Tte. Coronel de que me hablas es nuevo de esta promoción pues no había más que el capitán ayudante Sr. Galisteo y algún otro alférez que estaba en Oficinas, de la Benemérita. Pero el caso se resuelve estudiando, no?

Me entero de lo de la Comunión y el Rosario. Aquí está esto bastante mal pues es muy difícil decir misa, pero rezo muy a menudo con el devocionario militar, de Frentes y Hospitales.

Dices que no te cuento nada de mí. En mis dos cartas que siguieron a la que me contestas creo que te hablo más o menos de donde estoy, etc. En esta carta te daré toda clase de detalles.

Desconocía totalmente la formación de esta 4ª Sección, aunque lo comprendo sobradamente. Es probable que repitáis curso pero puede muy bien ser que no puesto que no os hubieran llamado con tanto retraso.

¿Qué instructor ¿? tienes? ¿Qué tal estás en Instrucción? La última carta la mandé ya a la 1ª Compañía y con esta haré igual. Si no tú, algún otro la recogerá, aunque creo que serás tú mismo. Me entero y te doy las gracias por lo de Arroyo y de las Peñas.

Eso de que no se puede resistir el 2º curso son ganas de decirlo. Todo es aguantable para todos.

Desde la posición, hace ya bastantes días escribí al Dr. Sirvent excusándome por mi largo pero justificado silencio. Espero que recibirá mi carta. Si les escribes diles que le he escrito. De Peñarroya no he tenido la más mínima noticia. No sé a qué atribuirlo. De casa, como puedes suponer no sé nada en absoluto a pesar de mi constante sed de noticias. Y respecto a escribir a Manuela ya sabes que no soy partidario de ello. En todo caso, mediante M. Purification Faurat les mandaría directamente algo, aunque es exponerse mucho. Ténme, tal como me prometes, al corriente de tus novedades. Yo procuraré escribir con cierta frecuencia que mi situación me permita. Yo pedí de Ejército, por orden de preferencia: Norte, Norte, Norte. Y de unidades, todo fuerzas de choque. Tienen bastante en cuenta lo que se solicita respecto a Ejército, pero tengo el convencimiento que no hacen caso de lo referente a unidad. ¿Qué piensas solicitar? ¿?? o el Sur…

Voy a hablarte ahora de lo que en el principio de la carta me he referido. Mi batallón está de reserva, aunque esta tarde ya han entrado otra vez en posición dos Cias. La mía continúa descansando desde el día 19 que fue relevada con todo el Bon. Ayer por la noche cuando cenábamos, se armó en la línea de fuego un follón tan enorme (ataque rojo a las posiciones a la izquierda del pueblo Pobla de Masaluca (Tarragona) sector del Ebro que nos encontramos nosotros) que tuvimos que salir con la Cia formada desplegándola después ocupando puestos elevados para proteger la carretera y otros puntos. Actuaron por primera vez en este sector los “lanzallamas” de una compañía del Tercio haciendo como puedes suponer furor en las filas rojas. Más tarde se armó otro pequeño jaleo que fue resuelto a tiro limpio. En definitiva, una noche toledana más a las muchas que tengo en mi haber y todas por follones de más o menos envergadura, Tengo no obstante la satisfacción de poderte comunicar que mi Cia ha sido felicitada por el jefe de la ½ Brigada por la rapidez en que acudió a su sitio señalado y el espíritu que demostró en todo momento. Teniendo en cuenta que en toda la Cia hay solamente dos oficiales (un alférez jefe y yo) comprenderás que me apropio en gran parte esta felicitación. Ahora, como te he dicho, continuo de reserva con toda la Cia.

Respecto a la carta de la Sra. Acosta te transcribo algún párrafo para que veas en verdad el afecto que se me profesa. Después de manifestar gran satisfacción por el recibo de mi carta

“porque no sabe V. cuanto nos acordamos de V. y como le pedimos al Sr. Que le libre de todo peligro y del mal que pueda traerle el peligro. Voy a oír la Santa Misa casi todos los días y al pedirle a Dios en el Memento de los vivos por mi marido ausente y por mi hijo, siempre tengo para V. un cariñoso recuerdo. Tenga V. fe, querido amigo, y esfuércese en llevar a su alma un gran optimismo y piense V, en la dicha que V. tendrá cuando al volver las banderas victoriosas, entre Vd. en su casa y se vea en los brazos de su Madre. Yo tendré muchísimo gusto en comunicarme con V. todo lo frecuentemente que la distancia que nos separa lo permita; y V. tendrá por su parte buen cuidado en darnos sus siempre deseadas noticias: como ya soy muy vieja para ser su madrina de guerra, puedo ser su madre espiritual y en un día que Dios quiera sea cercano puedo yo hacer entrega a su Madre de los derechos espirituales que por nuestra frecuente comunicación haya yo adquirido sobre V.; casi tanto como decir “Madre, he ahí a tu hijo”. Esté seguro por lo tanto que rogaré siempre por su suerte, y que le tendré siempre bien presente en mi corazón.”

Y así en estos términos, puso sentimiento y cariño desinteresado. Me ofrece su casa y me da toda su confianza para que yo deposite en ella la mía y termina: “Arriba el corazón, querido amigo mío. Que Dios le de mucha suerte y mucha salud. Ya sabe donde me tiene; tenga en mí la mayor confianza. Adiós Torra. Con todo cariño le envío un abrazo, reciba los afectos de mis hijos y no le olvida su vieja amiga: Rosario Acosta.”

No puedes imaginarte el valor, verdadero valor que para mí tiene esta carta continuación de las amables conversaciones que en su casa sosteníamos.

24.9)  Deben ser las 9 de la mañana y venimos, hemos llegado toda la Cia hace un rato, de montar un servicio de reserva ni retorno donde acudimos anteanoche (la noche del follón). Precauciones nada más.

Te ruego seas lo más discreto que tu buen sentido te aconseje respecto a todos estos detalles que te doy de situación y actividad. Contéstame lo de la Jura de Bandera.

Para venir donde estoy, hay que ir a Zaragoza y de allí a Caspe y directamente en el mismo tren a Nonaspe donde está la División. Sobre un mapa te orientarás. Tengo que terminar porque quiero contestar hoy a la Sra. De Cazenave, ya que no he podido hacerlo antes por los jaleitos mencionados. Espero tus inmediatas noticias y cuéntame muchas cosas de Granada. Aquí viene para un Alférez, desaparecido, el periódico granadino Ideal y no puedes imaginarte con qué fruición lo leo.

Adiós, Alberto; mucha suerte te deseo en tus estudios. Saluda efusivamente a Selga y a Tribó para los que tengo los mismos deseos. Saluda si tienes ocasión a cuantos me recuerden y desde luego si ves a la familia Cazenave les das mis recuerdos más afectuosos.

El más fuerte abrazo de tu hermano que te recuerda perennemente

Daniel