23/5/1944
Daniel Torra Villaverde
Albert Torra Manresa
Querido hermano:
Ha empezado hace unos minutos el 2º curso en nuestra academia. Únicamente ha habido un mutuo conocimiento de profesores y alumnos en las clases. Presentaciones y muy buenas palabras. Todos los principios de curso son amables y terriblemente desagradables los finales.
Pero hay algo más que contarte todas estas cosas que me impulsa escribirte esta carta aprovechando que el profesor del 3º grupo de asignaturas no ha comparecido todavía: He dejado de pertenecer al arma de Infantería y he pasado desde hoy a la de Ingenieros. Fue cuestión de unos minutos de indecisión para dejar a un lado los sentimentalismos que me ataban a Infantería y más que al Arma en sí, a los hombres que en ella conocí: Pensé por otra parte que son muchos años de milicia que me quedan para que los gaste olímpicamente mandando eternamente una sección de Infantería. Pidieron voluntarios para pasar a Ingenieros, no pude consultar a nadie excepto un par de amigos que he podido hacerme aquí, y estos, que son de Ingenieros, me aconsejaron que me pasara.
He dejado Infantería, cuando terminé el primer curso con el número “dos” dentro del Arma. ¿No está mal verdad? Fuimos trescientos cincuenta y han pasado a segundo curso unos doscientos y de estos hago el nº 2. He dejado pues un buen lugar en Infantería para meterme en una Arma donde nos van a exigir más que en la otra, pero donde es también y cuando yo sea capitán mis compañeros de Infantería estarán a la mitad de su carrera de teniente. Consideraciones, variedad, campo de acción; todo eso ofrece Ingenieros, y también trabajo y capacitación exige. El haber salido el 2 me ha animado para que, aunque me cueste un poco más, meterme a la especialización de Ingeniería. Y espero salir también bien como en el curso pasado. Espero que tendremos ocasión de hablar de esto cuando, al terminar las pruebas atléticas en Toledo nos den permiso. Y solo quisiera que por esa mutación de Arma no formaras un mal concepto de mi espíritu. He tenido un dolor profundo al dejar Infantería pero los amigos que en ella tenía seguirán siendo mis mejores amigos. Pero en esta ocasión he dejado a un lado el romanticismo por una mejor posición dentro del ambiente en que tendré que vivir, y también en muchos casos una mayor remuneración, por servicios que llevan inherentes porcentajes de beneficios, etc., añadiendo a esto una mayor comodidad en la misión a realizar. Tengo además el campo abierto a Automovilismo, ferrocarriles, comandancias de obras, en fin, mil aplicaciones que te hacen amable el servicio, o bien puedes luchar como un infante en el primer puesto de peligro con los zapadores de asalto y la guerra de minas.
Casi todas las materias son nuevas para mí pero con un poco de suerte (que hasta ahora no me ha faltado) y otro poco de buena voluntad espero poder salir dentro de cuatro meses convertido en un flamante oficial de Ingenieros dispuesto a todas las empresas.
Te dejo. Escríbeme tu parecer, que para mí es muy valioso. Andrea todavía no lo sabe; díselo y dile que le escribiré hoy o mañana hablándole de esto. Saludos a Carmen y a tus críos. Explícales también a nuestros padres esta decisión a la que yo le concedo la mayor importancia.
Un abrazo muy fuerte de tu hermano
Daniel