19/12/1941
Daniel Torra Rusia
Albert Torra Manresa
Queridísimo hermano:
He tenido un verdadero placer al recibir tu carta, que supongo es la primera del día 23 del pasado noviembre. Tenía ya noticias de vuestra boda por Andrea, de la que hoy he tenido tres cartas de fechas correlativas. Es una lástima que algunas sufran extravío. Ya en una postal te felicitaba. Hoy al repetir mi enhorabuena te agradezco la ocurrencia de hacerme recibir en el Sector Septentrional del frente Oriental, una participación de enlace y una tarjeta ofreciéndome tu domicilio. No deja de ser curioso y desde luego entra en mis cálculos visitarte en cuanto ponga los pies de nuevo en España. Y contestando a tu interrogatorio de preguntas, poco te puedo decir. La guerra, pues es como todas, aunque un poco más guerra que las demás. Muchas cosas desconocidas, y admirables, y un sinfín de experiencias que practicar. De Francia y Alemania bien poco te puedo decir. Crucé Francia en veinticuatro horas en un magnífico vagón de 2ª de Hendaya a Metz y vi lo que puedes suponer. Pero tengo mi libro de notas que diariamente aumenta en interés. Altamente distinto todo. Apreciando cosas que no están escritas en los libros y que únicamente el observador puede captar y comprender. De nuestra vida por estas tierras también poco puedo contarte. No poderse desprender de la monotonía de las horas es lo peor que le puede ocurrir a alguien. Por lo demás hay dos cosas que se han hecho observar inmediatamente por su amada presencia. Los cielos nocturnos rusos no tienen comparación con nada, y el paisaje parece que cada día sea distinto según la temperatura, la niebla, la nieve, el aire y ¿por qué no? el espíritu también, que no influye poco en todas las apreciaciones. Pero estoy bien. Estoy como no podía haberlo pensado. En línea pero con suerte en la Plana de un Batallón bien considerado y con mucho trabajo. Parece que me persigue la fatalidad de encargarme siempre de las mismas cosas. Entre muchas otras, de juez. Pero tú sabes bien que no es simpático ser siempre el Comodín. ¡Qué bien se está al mando de una Sección! Pero cuando no le dejan a uno satisfacer sus deseos queda el recurso del pataleo.
Te agradeceré vivamente que me escribas cuanto puedas y que me mandes algún periódico y revista de vez en cuando. El mismo “Ciudad” si se sigue publicando. Te ruego transmitas a Carmen todas mis felicitaciones y saludos. Tú recibe en un abrazo todo el cariño de tu hermano
Daniel