L’evasió cap a l’exèrcit franquista
Eufòria davant dels èxits militars
Esperançat pel final de la guerra
Detalls de la vida quotidiana
Referències a amics manresans
Opinions i comentaris diversos entre els dos germans
L’evasió cap a l’exèrcit franquista
Carta n. 1 (Les Escaldes, 4/10/1937)
Conmigo nos fugamos 52 individuos, la inmensa mayoría, huyendo del llamamiento a filas, para presentarse y ofrecer sus servicios a la causa de España, causa común para todos los buenos patriotas. De Manresa vienen Noguera, Ignacio Noguera que recordarás perfectamente, Ribera de la confitería y algún otro que no recuerdo. Yo pienso encontrarme contigo muy pronto, pues ansío de veras encontrarme después de tanto tiempo de pretendida libertad roja, en un ambiente de completa seguridad, respirando a mis anchas los más puros sentimientos Nacionales.
Carta n. 4 (San Sebastián, 17/10/1937)
Referente a mis dificultades y peripecias para pasar la frontera, realmente no tuvimos que franquear graves obstáculos, pero las jornadas fueron muy difíciles y duras. Yo salí de Manresa con una inusitada precipitación, pues una hora después de salir del despacho estaba ya sentado en un camión, incomodísimamente, entre sacos de sal y cajas de madera, que me llevó a un bosque cercano a san Lorenzo de Moruñs, pasando por Solsona. Eso sí, tuvimos la suerte, los del camión y yo, de que en todo el trayecto ni al cruzar ninguna población, incluso Solsona, nos detuvieran exigiendo la documentación. Y sin ninguna novedad a las 2 de la mañana del día 30 de septiembre tomaba posesión de unos espesos y abruptos matorrales, oculto entre los cuales pasé 18 horas interminables. De manera que salí de San Lorenzo el día 30 entre las 7 y media y las 8 de la tarde. Nuestra expedición tardó tres días más en pasar la frontera y llegábamos a San Julián de Andorra el día 3 de octubre. La penúltima jornada sobre todo, o sea en la que cruzamos con agua hasta las caderas el río Segre fue durísima. Hacía mucho frío y llovía torrencialmente. Los prados que circundan el río, repletos de torrentes que iban llenos de una corriente impetuosa, unos y otros cargados de barro, dificultaron mucho nuestra marcha, pero gracias a Dios no pasó nada lamentable a excepción de nuestro aspecto. En Andorra me alojé al hotel Palacín, recomendado por Clotet y Serchs, que creo están en Burgos, ¿no?, y pasé allí los días justos para coger el primer coche que se dirigía a Hendaya, pues me costaba 15 francos diarios. Eso sí, perfectamente atendido.
Al llegar a San Sebastián ya pedí también el duplicado del carnet de Requeté que no me expuse a pasarlo por la frontera. No es que económicamente esté bien ni mucho menos pero como la pensión me resulta tan barata con las poquísimas pesetas que tengo puedo aguantar unos días. Porque claro, de gasto extra, ninguno. Ahora que te agradeceré mucho que escribas a Rodríguez y Bernaola y a la Rvda. Madre Mascaró, porque en San Sebastián lo veo muy difícil poder encontrar colocación.
Carta n. 4 (San Sebastián, 17/10/1937)
Cuando ya partí de Manresa, Fernando estaba también pronto a hacerlo aunque no sé si habrá podido llevarlo a cabo pues cada vez se hace más difícil la huida por la estrecha y brutal vigilancia de la frontera que ahora va a cargo de elementos de la Brigada Internacional.
Hace dos días ha llegado en San Sebastián el hermano mayor de Peñarroya, que está en Santander. Este pasó con una expedición de 370 de los cuales llegaron escasamente 150. Los demás, entre ellos varios de Manresa que aun no he puesto en claro quiénes son, detenidos, algunos muertos y heridos graves en la frontera, y algunos después, fusilados, en la Farga. Un desastre. No creo no obstante que Fernando fuera con ellos.
Eufòria davant dels èxits militars
Carta n. 26 (Ávila, 7/2/1938)
Otro buen parte nos comunica hoy Salamanca. Se reverdecen los triunfos diarios a que tan acostumbrados estábamos en la campaña del Norte. Cuando definitivamente hayamos vencido las heces rojas, recordaremos estos días de victorias concretas y aplastantes con una sonrisa especial que quizá pronto florezca en nuestros labios. Ya se vuelven a contar las cosas por millares, miles de muertos, heridos, miles de prisioneros, abundantes botines, enteras caravanas copadas, todo, todo, como en los mejores días de máximo esplendor guerrero. Roguemos a Dios porque aquella marcha triunfal, Sevilla, Badajoz, Toledo, Madrid, se repita bajo el cielo azul claro del levante que palpita por sentirse español.
Carta n. 40 (Ávila, 11/3/1938)
Hoy quisiéramos sentirnos todos personajes de una manera activa. ¡Qué nos importaría hoy salir mañana para el frente! Vivas y arribas a España resuenan en el pasillo. Nuestro invicto caudillo es aclamado sinceramente por todos estos espíritus que adivinan ya la paz de una pronta y aplastante victoria! Belchite… el galardón de una ofensiva roja de proporciones gigantescas se ha reincorporado a España, por el arte mágico de nuestra voluntad. Y como Belchite y Almudevar seguirán todos los demás pueblos y villas y cotos; y posiciones fortificadas y montes de difícil ascensión, y llanos inmensos. Y no es ya una patria expansión del espíritu el nombre de Lérida… Hoy tengo el presentimiento que está ocurriendo algo tan grande que nos es imposible darnos cuenta. Hemos perdido ya la noción=distancia. Y despreciamos el vocablo tiempo. Nada existe que pueda oponérsenos. Vamos decididos con rigor y fortaleza a un fin cuyas rutas están marcadas, y estamos descubriendo a cada minuto. Me imagino el entusiasmo que en nuestras casas, allí en la tierra mártir, la tierra del gran dolor, al oír este parte y los que inevitablemente les ha de seguir. Rayos de vida y esperanza que les ayuda, como nos ayudaba a nosotros, a mantenerse, padeciendo y sufriendo en espera de la redención por los soldados heroicos de nuestro Emperador. No te hablaría hoy de nada más, tan grande es mi entusiasmo.
Esperançat pel final de la guerra
Carta n. 25 (Ávila, 6/2/1938)
Hoy, tan sólo el parte oficial de ayer y de hoy mismo valdría la pena no de escribir una, sino infinidad de cartas. No precisamente para comentario, que no necesita comentario alguno, sino tan solo por festejarlo, por homenajearlo, pudiéramos decir. La guerra parece que vuelve a encontrarse en su punto álgido; rememoran estas batallas de estos dos días últimos, las heroicas jornadas de las operaciones del Norte, libertadoras de Bilbao, Santander (paraíso perdido) y culminando en Gijón, su epopeya. ¿Cuál será el final de esta batalla? ¿Qué trascendencia inmediata podrá tener? Difícil, creo, que es predecirlo. Por de pronto los hechos en sí, son sobradamente halagadores para sentirse plenamente satisfecho. Yo así me encuentro, y esta noche cuando he oído el parte oficial, un júbilo inmenso me ha invadido. Creo en un final próximo; creo en la victoria rotunda de las armas de España, y espero poder estar con nuestras familias, quien sabe, si antes, bastante antes de lo últimamente supuesto.
Carta n. 39 i 40 (Ávila, 10-11/3/1938)
Según entiendo es en Aragón donde ha ocurrido algo serio. A ver si empieza ya el fin y dentro de poco podemos estar ya en nuestras casas. […] No puedes imaginarte el entusiasmo que reina en la compañía, ahora cuando los pocos que hemos escuchado el parte, no respetando silencios ni apacibles sueños les hemos comunicado con el entusiasmo que es de suponer, este parte, preludio seguro de una serie que forzosamente contribuirán a que la victoria sea un hecho real brevemente. Casi todos están despiertos y medio desnudos y medio vestidos, están comentando a su manera cada uno, el alcance del parte de hoy; excesivos optimismos; razones sensatas; el empedernido escéptico, de todo hay en estas conversaciones que acaban de nacer a raíz de estas noticias. Trabajo arduo el del imaginaria para calmar las voces y restablecer el perdido y pisoteado silencio. Hay un indescriptible entusiasmo; yo desde mi celda oigo los vivísimos y acalorados comentarios. ¡Cuántas ilusiones!
Carta n. 48 (San Rafael, Segovia, 26/3/1938)
Hoy por casualidad me he enterado del parte. ¡Y qué parte! Si sigue esto así pronto podremos pisar otra vez el Borne, el Paseo, y ¡con qué ilusión no subirás tú hacia St. Bartomeu y yo por la limpia Carretera de Sanpedor! No puedes imaginarte como pienso ahora en casa, y me los imagino escuchando con emoción y entusiasmo mal contenido los partes que presagian su redención. ¡Dios quiera que sea pronto!
Carta n. 49 (San Rafael, Segovia, 29/3/1938)
Tengo a mi vista el parte oficial de los días 27 y 28. Es algo soberbio, ¡Por fin! Las tropas liberadoras han entrado en terreno catalán. Y el anuncio para primeros de mes la caída de Lérida, si no ocurre antes. Desde luego cuando Manresa se libere, voy a pedir permiso, atendiendo una orden de Franco que concede 15 días a todos los que tengan familia en terreno liberado. Tú haz lo propio e iremos juntos a casa. ¿Cuándo? ¡Muy pronto!
Carta n. 52 (Loma del Requeté, 10/4/1938)
Estoy más que encantado aunque un tanto intranquilo por las disposiciones bárbaras de los dirigentes rojos para preparar la resistencia. José y papá mismo no sé hasta qué punto podrán huir de la guerra. Creo, desde luego, que el día que Dios quiera que sea próximo que Manresa esté liberada y libre de la horda, podré conseguir permiso para ir a casa y poder abrazar a todos nuestros seres queridos…
Carta n. 53 (Loma del Requeté, 13/4/1938)
Estoy como tú, más que entusiasmado con esta serie ininterrumpida de partes que pregonan el arrollador avance de las tropas del Generalísimo por tierras catalanas. Estoy deseando lo que tú anuncias del corte por Tortosa. Cuando éste se efectúe, habrán perdido ya los rojos, incluso la explicación, si puede llamarse así, de su resistencia. Creo que ayer fue un día de bastante movimiento por el sector Norte Lérida, y dicen que se llegó ya a los Pirineos. Muy pronto quedarán ahogados por las tenazas que se dibujan en el mapa. Mi única preocupación es hoy la suerte que puedan sufrir los de casa como que les obliguen a evacuar.
Carta n. 74 (Front, 11/10/1938)
Sobre lo del final de la guerra, escéptico completamente. Tiros, tiros y tiros la única perspectiva.
Carta n. 76 (Front, 20/11/1938)
¡Ha terminado el Ebro! Así, tan definitivamente como desde tanto tiempo se esperaba se dijese. […] Deseo de una manera morbosa que se conquiste rápida, total y definitivamente Cataluña para volver a casa. No sabes las ganas que ahora tengo de estar allí y ¡lo que me gusta Manresa! En una de tus últimas me decías que hacía 14 meses que estabas fuera. Bien, yo hace cerca 13 y tengo tantas o más ganas que tú de pisar el puente, la plaza del Olmo, el Borne, la calle Urgel, la Plaza Clavé y… lo que venga porque me hincho entonces.
Detalls de la vida quotidiana
Carta n. 12 (Santander, 27/11/1937)
La comida que tú me mentas en tu última, si bien los primeros días la encontré bastante desastrosa, ahora G. a D. ha mejorado ella en si bastante y además yo me he acostumbrado lo suficiente para encontrarla exquisita. Hoy mismo he comido arroz, garbanzos fritos y pescado. Una comida de a duro.
Al llegar a Ávila me encontré con un soberbio capote que me tenían reservado de los que enviaron para la columna. Es de un paño excelente y de un verde diferente único entre todos los capotes. Me va que ni pintado. Suficientemente largo para mí y todo él a la medida. Esta mañana he estado recosiendo todos los botones porque se caían que era un disgusto.
Carta n. 36 (Ávila, 6/3/1938)
Me encanta saber que disfrutaras plenamente del “concierto” al que asististe. Me gusta que hubiera cada parte del programa distinta de las otras. Tu paréntesis me enternece. Mi violín quedó muy bien. Pero creo que cuando tu te fuiste ya iba con menos frecuencia a las lecciones por ser incompatibles con las horas de oficina de casa Alter. No obstante, conseguía tocar bastante limpio aquellas composiciones de Ainaud. El tenor en Grecia, ¿un Merly o por el estilo? Lástima de que el piano no estuviera a la altura del resto del programa. Refrena tus impulsos “cantatorios” que, si Dios quiere, podremos pronto —¿tú crees?— volver a cantar como en aquellos “buenos tiempos” que me recuerdas en tu escrito. A pesar de los remojones creo puedes estar satisfecho de la velada.
Carta n. 77 (Front, 23/11/1938)
Lo que no puedo admitir es que esta vez me trates de hombre de suerte. Mi “ascenso” como lo llamas tú ni es tal, ni es, ni mucho menos, envidiable. No desees nunca en tanto seas alférez, tener más mando que el apacible de una sección. En nuestra situación el mando superior es un verdadero [¿quebradero de cabeza?] pero por distintas razones irrefutables. Quizá la mayor sea que nosotros “usurpamos” como llamo yo las obligaciones de un capitán. Y tú sabes que por mucha buena voluntad e interés que se ponga, y por aprovechado que se haya sido en los cursillos, un Alférez Provisional no puede ser lo que es un capitán y por tanto el desempeño de este empleo es verdaderamente “de cuidado”. Además te exigen como a un capitán y eres un alférez y cuando tienes que disponer algo en la Cia te encuentras que tratas con alféreces compañeros tuyos y ponerse en “plan superior” en estas circunstancias es enojoso. Además, ¡la documentación de una Cia es lo más temible, Alberto!
Carta n. 91 (Tarragona, 19/2/1941)
Pero lo sensacional es que sé conducir coches. Así como suena. En una sola tarde y solo me lié con el Tomasín y voy ya que chuto y hoy he cogido el Ford pequeño y no te lo puedes imaginar. Pienso sacar el título enseguida que pueda. Supongo que todos estáis bien. Aquí todos perfectamente y os mandan muchos recuerdos.
Carta n. 94 (Tarragona, 21/4/1941)
La cuestión de las defensas me trae de cabeza. He adquirido cierto prestigio, no sé en qué puede estar fundado y estoy agobiadísimo de trabajo. Ahora tengo 9 causas para ver. El fiscal me da mucha coba, y aunque cada nueva actuación es un éxito de oratoria que no se traduce en la sentencia, las visitas que recibo de familiares de reclusos para que defienda a estos son diarias. Incluso se buscan influencia la gente para verme y que me encargue de sus asuntos. Voy a tener que poner buffet y a pedir honorarios por mis servicios.
Referències a amics manresans
Carta n. 4 (San Sebastián, 17/10/1937)
Nuestros amigos que no pudieron huir de la zona roja y tuvieron por fuerza que incorporarse a filas no les había ocurrido cuando me fui nada de particular, a excepción de que todos ellos se quejaban grandemente de la comida. Deficiente, poca y malísima. Recibí alguna carta de Merly y Raurich. Merly estaba desesperado cuando se fue y estaba destinado a un pueblo de la provincia de Almería, aunque las cartas iban dirigidas a la capital. Raurich después de pasar por Murcia fue destinado con Illa en Caspe a talleres de aviación, desde donde me dijo veía continuamente a “los pajarillos fascistas, que tienen una puntería”!… (textual). Me imagino como nos envidiarán si se enteran de nuestro viaje de placer (?) por la frontera.
Carta n. 4 (San Sebastián, 17/10/1937)
Me he enterado de que algunos de mis amigos de mi edad, entre ellos Fernando Pastor y Fornells, el granero de Manresa, el hermano del que tú conocías, han ingresado voluntarios en Artillería. ¿Crees que en el momento oportuno si es preciso debo hacer igual? A mí no me disgusta te lo aseguro y además dicen que están muy bien. Dame sobre eso, aunque no sea un consejo, unas consideraciones y opinión, entérate si en el parque Móvil de Burgos hay Clotet de Manresa y Serchs, que creo que sí, y dame si puedes la dirección de este último.
Carta n. 6 (San Sebastián, 12/11/1937)
Quisiera satisfacer todo tu interés por los compañeros o amigos nuestros que se pudieran encontrar en aquella desgraciada expedición. De Manresa recuerdo que pasaron López, de los jabones de la calle del Borne, aquel chico cojo, ¿te acuerdas? También Paulino Esparbé que estaba siempre en el Casal, Ielletisch, un muchacho joven de la harinera, Francitorra y puede que algún otro. ¡Ah! Y el farmacéutico director del laboratorio donde voy a trabajar. No sé si te dije que habían cogido prisionero a Durán, el hijo del farmacéutico o del notario no sé. Referente a Prat le ha sucedido algo muy doloroso. Ignoro si lo tenía arreglado para marcharse de la zona roja. Lo que sí puedo decirte es que si lo intenta, va en busca de una muerte segura porque no sé si sabes que tuvieron que evacuarle del frente rojo donde tuvo forzosamente de ir, con reuma, creo que era, o algo parecido porque tenía que andar con bastones y parecía un cadáver de lívido y demacrado. Además tuvo que sufrir bastante porque envejeció mucho. Yo le vi dos días antes de marcharme que estaba en Manresa dado de alta por el hospital y sin fuerzas para poder dar casi un paso. Por eso te digo que tal como le dejé era de todo punto imposible ni intentar siquiera la penosa travesía del Pirineo. Tanto Claret como Coll creo que en estos momentos estarán rabiando por no haber podido pasar la frontera y haberse tenido de incorporar forzosamente al Ejército Rojo.
Desconocía que no supieras el destino y dirección de Francisco Pich. Está en Pamplona, y aunque yo fui allí no pude verle porque estaba arrestado. […] Allí encontré también al amigo Mira aquel actor aficionado que trabajaba conmigo en el Casal. También estaba Coll el hijo del contable del cine del Kursaal, ¿te acuerdas? Puedo asegurarte casi que Fernando no iba con la citada expedición. […] Estaría encantado de poder saludar a Gumersindo Roca aunque por aquí no ha aparecido todavía.
Carta n. 12 (Santander, 27/11/1937)
Tengo que agradecer a Peñarroya el interés que puso por mí los primeros momentos pues a no ser el yo me encontraba en un estado tal de cometer cualquier barbaridad. En cuanto a Pons el día que nos veamos ya te contaré también algo. Ciertamente aquí encontré a varios conocidos y amigos. A Muncunill, el hermano de aquella que se casó con el fabricante Viñas; a Tomás Serrahima de los seguros; a Masana del Borne. Los dos primeros están en la Legión Cóndor (aviación) de xóferes. Y Masana también de xófer en sanidad Militar. […] Tu amigo Algué se encuentra en la España Nacional al igual que los hermanos Espelt! Están en San Sebastián. Espelt es aquel muchacho que recordarás seguramente: estudiante, etc.
Carta n. 45 (Ávila, 17/3/1938)
He recibido también una carta de Antonio Serch, que me ha dejado atónito. En Teruel ha muerto mi amigo Ramon Rovira, hermano del que está en Bilbao y que, según me dice Serch, no sabe nada de eso. Allí mismo encontró la muerte Pedro Alier, de la farmacia. ¿Lo recuerdas? A estos dos con más fervor que nunca nuestro grito: ¡Presentes!
Carta n. 56 (Loma del Requeté, 28/4/1938)
Me entero de que ¡por fin! Ignacio Feu se encuentra ya en la España Nacional de nuestro invicto y liberador Caudillo. Inmediatamente que tengas noticias de casa por él y el estado actual y situación interior de nuestra querida Manresa espero me lo comunicarás.
Carta n. 57 (Loma del Requeté, 5/5/1938)
El que más conocía de todos estos, y desde luego la muerte que más he sentido ha sido la de M. Corrons, sin querer decir que no me hayan impresionado las de Sala y Boixadé. A este último le recuerdo perfectísimamente pero no había tratado mucho con él. En cambio con su hermano pequeño éramos amigos. No recuerdo quién era ese Sala. ¿Era fejocista? A ese Antonio Farré tampoco yo lo conocía. Es extraño que hasta ahora no te comunicaran la desgracia de estos.
Opinions i comentaris diversos entre els dos germans
Carta n. 52 (Loma del Requeté, 10/4/1938)
[En relació amb el fet d’apuntarse per anar a anti-carros”] Creo que no comprendiste, en su verdadero, el significado de la frase a que te refieres, de mi última carta. No es que no seas capaz. No. Precisamente porque te creo capaz de hacerlo, me veo obligado a decirte que no debes. Y creo que es bien fácil de comprender. Eres el mayor y es preciso que tu vuelvas. Yo, puedo volver o quedarme. Dios dirá, pero tú debes procurar volver. Eres, podríamos llamar, más necesario. Y yo puedo ofrecer por los dos.
Carta n. 74 (Front, 11/10/1938)
Otra vez en las posiciones de la Pobla de Masaluca. No sé si te decía que por accidental ausencia del alférez jefe de la Cia yo había tomado el mando de ella y no te exagero si te digo que estoy loco. Notas por todas partes, estadillos, partes, informes, certificados, instancias, correspondencia y un sinfín de cosas más que me dejan agotado. Además el servicio de la Cia es todo nocturno y ni que decir tiene que el dormir es un lujo al que no llego. Y de día toda la administración y papeleo me priva acostarme aparte de que de día no me es posible pegar un ojo. Además el traslado tuve que efectuarlo yo solo y calcula el trabajo. Estoy que echo chispas porque ayer noche unos cab…, canallas (perdón) vascos se me dieron el “zuri” [se han pirado] y me parece por la información recogida que los muy ¿? se han largado con “ellos”. Parte al canto, consultas, preguntas, interrogatorios, informaciones. Nada, completamente loco. Si continúa el asunto así y no viene el alférez jefe, me mandan a una casa de salud a restablecerme de la cabeza.
Por lo demás sigo bien. Me entero de lo que has solicitado y te tengo que decir unas cosas en serio. A mi entender has hecho mal en pedir Milicias, porque indudablemente el Ejército es algo mejor y después veo con pesar que no tienes el mismo espíritu que yo y sigue en ti lo que observé en Gijón. ¿No sientes tú la Unificación, verdad? ¿La esencia revolucionaria, sí, del Movimiento que encarna nuestro Caudillo? ¿Pues entonces? ¿A qué no poner en vez de la sección de Requetés, la sección de FET y de las JONS? Si tú supieras como desprecio las polémicas en buen (¿) sentido y las malas voluntades. Unos todos con un espíritu sublime de regeneración y renovación llegaremos hasta donde sea. Pero no nunca a base de mentalidades ciegas ante realidades y que se niegan inconscientemente a toda mínima revisión de programa. Dios, España, Franco y su Revolución Nacional-sindicalista, como clarísimamente se desprende de las disposiciones y órdenes y decretos dimanantes de los ministerios. ¿Resistencias pasivas? ¿Discordias? Es inconcebible y en ti que no tenías antes nada de esto es muy lamentable que te juntes con los que hoy les duele, y lo comprendo, porque era la ilusión de toda una existencia. Basta de eso, y espero que me comprenderás en el sentido único en que quiero expresarlo.
[…]
Y ahora una pregunta para ti sólo: ¿El comportamiento de los nuestros será de todo punto intachable? Es mi preocupación.
Carta n. 78 (Front, 1/12/1938)
Te has molestado, lo veo a la legua, por mi observación que te hacía en la carta que te han reexpedido de Granada. No es cierto, como dices tú que no quiera reconocer el sacrificio y aportación a la Cruzada de estos colosos. No sólo lo reconozco sino que lo admiro profundamente y desde luego desde el aspecto militar que tú presentas la cuestión no hay duda alguna. Lo malo está precisamente en juzgar el Movimiento de FET por la actuación gris y despreciable de unos que se llaman falangistas por el sólo hecho de llevar una camisa azul. No. Lo que únicamente deseo yo y con toda mi alma es que bajo las directrices de FET y de las JONS que acaudilla el mismo Franco se agrupen sin distinción ninguna de antiguas aspiraciones todos los españoles que lo sean y sientan la grandeza y el resurgir de España tal como estas directrices marcan. Privando que quien no tenga derecho a ello haga cuestión particular lo Nacional que es lo que en algunos casos ocurre. Pero tampoco las resistencias pasivas a todo lo azul como a todo lo de la boina colorada.
Dices tú que has vivido (y piensas continuar) al margen de la política. Al revés, yo pienso incorporarme a ella en lo que me corresponda para que pueda disfrutar (por haberlo así conquistado) el triunfo o lamentar con la conciencia tranquila por haber puesto mi esfuerzo, la derrota. No como hasta hoy, al margen de todo criticando siempre y continuamente la actuación de unos y de otros pero incapaces de aportar nuestro esfuerzo ni nuestra voluntad a nada. Pero por encima de todo y a pesar de todo yo no tengo otra aspiración que: Franco, para mí redentor único y genio director de la Nueva España. Todo lo que sea trabas a su obra es, sin duda alguna, crimen de Lesa Patria. Yo creo que dentro de poco —los “sin novedad” del parte oficial me lo indica— tendremos “tute” y no es demasiado atrevido afirmar, o por lo menos aventurarse a decir que esta vez será doble, y que peligran simultáneamente Madrid y Barcelona.
Carta n. 79 (Front, 2/12/1938)
El que te ha escrito, Joaquín Dalmau, ¿es el médico? Los fragmentos de su carta me han llenado de satisfacción. De manera que siguen las tertulias “clandestinas” en casa ¿no? ¡Me alegro! M. Jiménez, el Sr. Planell, Morera etc., etc. Delicioso: y nosotros aquí, personajes vivos de la comedia que comentan. Lo que menos se pueden imaginar allí es nuestra situación actual y donde nos desenvolvemos. ¿Qué sorpresas ha de haber!
Carta n. 124 (Tarragona, 7/8/1943)
Me pides mi opinión en los montes de Sicilia. Ahora todavía más ha cambiado la cosa. Está visto que los latinos con los italianos a la cabeza somos unos cerdos. Lo fueron los rojos en España, los franceses en su tierra y lo siguen siendo, y los italianos con su rey a la cabeza intentan poner de su parte lo posible para vivir por las buenas, y a costa de los demás. Aunque momentáneamente la guerra continúa, si Italia es bombardeada eficazmente no les costará a los aliados dar definitivamente al traste con la deficiente moral de guerra italiana. Y es lamentable que después de un período de labor tan profunda en la economía interior y en el plano internacional, Mussolini vea sus esfuerzos convertidos en ceniza. Realmente nunca como ahora puede compararse al Duce como a Gulliver en el país de Liliput, empezando por Víctor Emmanuele y a Badoglio.
Siempre he creído que no hay más que una postura posible en la lucha de los sistemas de gobierno. Si cuando se manda se facilita al enemigo su misión, más pronto o más tarde este enemigo terminará con nosotros. Por eso es preciso tener presente a cada instante al sabio Maquiavelo y recordar sus enseñanzas de “El Príncipe”. Lo demás es conversación. No hay más que una solución posible. Eliminar todo medio posible de reacción, de resurrección. Por violento que sea el sistema. Deberíamos nosotros, los españoles, aprender esta lección de Italia y darnos cuenta que gracias a Mussolini subsiste todavía la monarquía de los Saboyas en Italia. Y este Víctor Manuel, traidor una vez ante el mundo en la pasada guerra, lo es ahora ante sí mismo, al desprenderse de Mussolini sin darse cuenta que es prescindir de su propio reinado. De todas maneras no podía suceder de otra manera. Las monarquías del mundo, sobre todo las que están en “activo”, se han ido reduciendo en los últimos tiempos, de tal forma que no hay dos familias que no estén mezcladas cuarenta y siete veces. Y así no es posible hacer la guerra. Las necesidades de los pueblos están por encima de las necesidades de estas familias. Por otra parte la injerencia de Pío XII en las cuestiones italianas y en su política exterior es de lo más desagradable. Opino con sinceridad que este buen señor ha equivocado la carrera. En cuanto a la guerra en sí yo he creído siempre que donde se gana y se pierde algo y donde al fin y al cabo se decidirá la cosa es en Rusia. Y por ahora a pesar de todo, marcha la cosa bastante bien. Cuando de aquel frente se pueda disponer de algunas fuerzas, la acción aliada en Europa habrá terminado y la Metrópoli británica verá multiplicados en su tierra los ataques aéreos que prodiga en Hamburg, Colonia, Essen, etc. Y ya está bien de política y guerra internacional.
Carta n. 125 (Tarragona, 5/9/1943)
Hay una cuestión que es lo referente a zona roja, que ya habré tratado contigo por teléfono el domingo, pero por si no he podido hablar contigo lo repito: Me urgen unos certificados de Falange, Guardia Civil, Policía, Alcaldía, en fin, todos esos organismos que confirmen que el 29 de septiembre de 1937 me fui por la frontera a Andorra y que posteriormente el 6 de octubre entraba por Irún a la España Nacional. Al mismo tiempo deben manifestar que no serví en el Ejército Rojo, y para mayor abundamiento, se manifieste mi corta detención, y según me ha dicho el papa en alguna ocasión posteriores búsquedas, la prisión del papa, etc., etc. Sería una pena que por una tontería así perdiera esta única oportunidad que queda. Por otra parte por la copia de la instancia verás que lo referente a Zona Roja quieren que se pruebe documentalmente.
Carta n. 128 (Villaverde, 23/5/1944)
Pensé por otra parte que son muchos años de milicia que me quedan para que los gaste olímpicamente mandando eternamente una sección de Infantería. Pidieron voluntarios para pasar a Ingenieros, no pude consultar a nadie excepto un par de amigos que he podido hacerme aquí, y estos, que son de Ingenieros, me aconsejaron que me pasara.
He dejado Infantería, cuando terminé el primer curso con el número “dos” dentro del Arma. ¿No está mal verdad? Fuimos trescientos cincuenta y han pasado a segundo curso unos doscientos y de estos hago el nº 2. He dejado pues un buen lugar en Infantería para meterme en una Arma donde nos van a exigir más que en la otra, pero donde es también y cuando yo sea capitán mis compañeros de Infantería estarán a la mitad de su carrera de teniente. Consideraciones, variedad, campo de acción; todo eso ofrece Ingenieros, y también trabajo y capacitación exige. El haber salido el 2 me ha animado para que, aunque me cueste un poco más, meterme a la especialización de Ingeniería. Y espero salir también bien como en el curso pasado. Espero que tendremos ocasión de hablar de esto cuando, al terminar las pruebas atléticas en Toledo nos den permiso. Y solo quisiera que por esa mutación de Arma no formaras un mal concepto de mi espíritu. He tenido un dolor profundo al dejar Infantería pero los amigos que en ella tenía seguirán siendo mis mejores amigos. Pero en esta ocasión he dejado a un lado el romanticismo por una mejor posición dentro del ambiente en que tendré que vivir, y también en muchos casos una mayor remuneración, por servicios que llevan inherentes porcentajes de beneficios, etc., añadiendo a esto una mayor comodidad en la misión a realizar. Tengo además el campo abierto a Automovilismo, ferrocarriles, comandancias de obras, en fin, mil aplicaciones que te hacen amable el servicio, o bien puedes luchar como un infante en el primer puesto de peligro con los zapadores de asalto y la guerra de minas.
Casi todas las materias son nuevas para mí pero con un poco de suerte (que hasta ahora no me ha faltado) y otro poco de buena voluntad espero poder salir dentro de cuatro meses convertido en un flamante oficial de Ingenieros dispuesto a todas las empresas.