28/3/1947
Daniel Torra Palma de Mallorca
Albert Torra Manresa
Querido Alberto:
Supongo que recibirías mi carta anterior que a pesar de mis deseos no pudo darte ninguna solución a lo que me pedías. Posteriormente he sondeado otras aguas y tampoco he tenido mejor éxito.
Hoy te mando unos catálogos de las exposiciones que actualmente están abiertas. La verdad es que he descubierto estas actividades un poco tarde considerando el tiempo que llevo en Palma, pero también es cierto que desde que está aquí Andrea he reorganizado totalmente mi vida y enfocada hacia otros derroteros, menos agitada, menos banal, más recogida, he podido encontrar otros atractivos a la actividad de Palma.
En poco tiempo he visitado cuatro exposiciones. La primera fue la de la subasta —por cuyo catálogo te darás cuenta de la importancia que tuvo en cuanto a expositores—, aunque, —valga desde luego mi opinión de aspirante a “dilettante”— ofrecía unos contrastes muy acusados en cuanto a calidad. Al lado de cosas buenas había muchas telas cuyo valor bajó al ser pintadas.
La nota dominante de todas ellas —las exposiciones— exceptuando la de Tarrassó en Galerías Costa cuyo catálogo no te adjunto porque no lo poseo— es consideradas comercialmente, la venta francamente elevada. Y aún cuando por el número de telas expuestas y el de vendidas no podría calificarse de éxito, lo es considerando que la calidad, repito, no es precisamente su característica. Da la sensación de que existe un ambiente francamente favorable y con dinero, bien sea por afán de colocar la moneda —cosa que en varios casos se conseguiría invirtiéndola en otros artículos—, pero quizá por una afición que aquí no es solamente contemplativa. Creo que hay algo de pasión por la pintura tanto entre los productores como entre la masa de adquisición.
Hablo —o mejor escribo— por hablar. No sé si un director de galerías de aquí opinaría lo mismo ni tampoco sé si los precios pueden calificarse de éxitos. De todas formas te dará idea de la demanda —que hay que considerarla en este caso igual a interés “activo”, el siguiente dato de la exposición-subasta.
Una tela, —un poco mayor que los bodegones de Basiana que hay en casa—, un jarro de flores (en este momento no recuerdo el título ni el autor porque no tengo el catálogo a la vista pero luego te lo señalaré), cuando yo visité la exposición había sufrido 6 u 8 pujas. La postura mínima era de 100 pesetas y las pujas mínimas de 25. Pues bien, la postura inicial fue de 650 ptas. Y cuando yo visité aquello estaba después de esas 6 u 8 pujas, a 1.650 aproximadamente. Faltaban todavía varios días para terminar la exposición y no sé cómo terminó aquello, pero aunque el precio en si considerado no sea ninguna cosa del otro verano, lo importante a mi entender —pero entender— eran las 6 u 8 intenciones de comprar.
Se podía apreciar el movimiento de la subasta por un sistema muy sencillo que era como un termómetro de la temperatura de demanda de cada tela.
Un cuadro con los números de las telas registraba las diferentes pujas. Así por ejemplo la tela X había iniciado un 100, después al lado figuraba 25, luego 175, etc., hasta la última oferta. (en fa un dibuix) El día de clausura se hizo el remate definitivo y aquí paz y después gloria.
En esta exposición predominaron los bodegones y las flores. Creo que no había un solo paisaje. Y precisamente estos fueron los menos solicitados y la mayor venta la tuvieron las flores.
II) Jimmy Riera expuso también en Galerías Suint inmediatamente después de la exposición— subasta. La sala se inundó de nuevo de naturalezas muertas de bodegones y flores. Pero esta vez con una identidad tal que no había manera de señalar éxitos logrados. Vendió algo también, posiblemente lo mejor.
Como a mí, personalmente, este tipo de pintura no me impresiona cuando solamente es una copia demasiado fotográfica no puedo decirte es bueno o malo a través de mi sensación.
III) Tarrassó en Galerías Costa. Tarrassó es un hombre de media edad de pelo un poco canoso con perilla recortada y bigotes fin de siglo. Es catalán y lo habla como Pompeyo Fabra podría hacerlo. Su aspecto ha querido que delatara en seguida al artista —a lo que hubo un tiempo que delataba al artista era su indumentaria— Jimmy Riera por el contrario tiene aspecto de tendero con gafas.
Las telas de Tarrassó son todas paisajes y, excepto dos, todas ellas tienen como motivo el mar y la costa. No tiene apenas, en todos sus cuadros, diez pinceladas: todo es espátula y tubo. Una pintura enérgica pero de color simplista, en algún tronco retorcido abusa del carmín tostado, pero probablemente alguien encontraría algo más que buena intención.
IV) Por último en el Círculo de Bellas Artes —sala amplia y bien montada aunque antigua— Bernardo Ribot expone el mayor número de telas de estos días. Bernardo Ribot es en mi opinión el mejor de todos los que comento. Tanto por la diversidad de temas como por el dominio del dibujo y de la técnica del color. Las puestas de sol —del 10 al 14— en pequeñas telas creo que son un curso de sensibilidad y dominio. Recuerdan algo los trazos fugitivos, infinitos, de Dalí y sus rocas y su mar son piedras y agua que no hieren sino que calman. “Les boires davallen” con un primer término demasiado verde de pinos quiere ser una fijación de las nieblas frecuentes aquí en épocas determinadas y no ha sido demasiado logrado. El resto es muy bueno incluso sus bodegones, sus variantes de todas clases, unas naranjas reflejadas en un cristal, muy bien conseguidas, etc.
Creo de verdad que es la mejor exposición y el mejor pintor. Y es también la que ha tenido más éxito económico.
En cuanto a las salas, consideradas decorativamente, ninguna de ellas puede compararse a las que tenéis ahí. El techo está resuelto idénticamente pero la iluminación es en todas normal, ordinaria. En cuanto a capacidad y espaciosidad —para obras y personas— la del Círculo de Bellas Artes es muy amplia, tiene un diván circular en el centro tapizado con la misma pana de las paredes. Alta de techo, en fin, una buena sala. La de Galerías Costa es otra cosa muy sencillita y parece algo de feria. Y Galerías Suint no tiene ninguna particularidad tampoco. De todas formas todas ellas son un punto más anchas.
Saluda a José por su santo y también a María Dolores. Cuando te escribí a ti últimamente lo hice también a la mama y no he tenido noticias. Mañana quizá tenga tiempo de ponerle unas líneas,
Perdóname este rollo pero cuando ayer —porque termino esta carta el sábado— me puse a escribir me encontraba de bastante buen humor. Había llovido barro y esto ha sido una novedad.
Espero que Carmen y toda la serie estén bien. Dale recuerdos de Andrea y besos a los críos. Recibe un abrazo de tu hermano
Daniel