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Les 140 cartes de Daniel Torra i Ferrer al seu germà Albert
(octubre 1937-març 1950)

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2/12/1938

Daniel Torra           Front

Albert Torra           Front              (Reb. 7-12-38 / Cont. 9-12-38)

Queridísimo hermano:

Cuando no la esperaba, he recibido hay tu carta nº 13, interesantísima como pocas lo han sido en estos últimos tiempos. Ayer te escribí contestando así a tus cartas 10 – 12 – 11 recibidas como te dije por este orden. De manera que estoy ya al corriente contigo de correspondencia. ¿No es esto?

No creo hoy tampoco que en los 23 días que faltan para Navidad podamos pasar estas fiestas en casa. Aunque como me decía un día la Sra. Cazenave “Dios es Todopoderoso…” Cuando tenga la certeza de que vaya con permiso te indicaré exactamente la fecha. Procuraré como te decía ayer comunicarme telefónicamente contigo, aunque la hora que me marcas o mejor las dos horas que me marcas son bastante inoportunas porque las centrales tienen entonces infinidad de comunicaciones. En cambio de 23 a 24 es la mejor hora. Dime que dia de la semana a esta hora puedes estar en el P. de M. para responder a mi llamada. Me sorprende que haya quien crea que no tienes ni 20 años. ¿Tan “finito” eres? A mí en cambio me dicen tengo 22 o por ahí. Nos han confundido. ¿Lo ves como tú no “pitas”? «No me atrevo a escribirla (Sofía) haciéndolo, sin embargo a su señora mamá». ¿Y no te da vergüenza decirlo? ¡Destápate! Lo que puede ocurrir es que su novio te mande dos padrinos y que me entere de tu defunción en el campo del honor. Tendrás en tu poder supongo la dirección de Ernestina que ya en otra carta me solicitabas. ¡Pero hombre! ¿Otra vez “en tu camino” Pilar Rodríguez Meana? Dame inmediatamente su dirección que pienso escribirla en tales términos que me va a llenar de ropa. Y ¿está tan ilusionada como dices? ¿Y tú? No quieres la cosa ¿verdad? ¡Pues yo sí! Una niña granadina, Manolita Torres Velasco, ya me ha escrito dos cartas que son, como le digo a la Sra. Cazenave, dos poemas. Y yo, pobrecito de mí, te auguro que no he intervenido para nada. Además no es “moco de pavo” la niña en cuanto a familia. Ahora, a belleza, la nenita toda para ella.

El que te ha escrito, Joaquín Dalmau, ¿es el médico? Los fragmentos de su carta me han llenado de satisfacción. De manera que siguen las tertulias “clandestinas” en casa ¿no? ¡Me alegro! M. Jiménez, el Sr. Planell, Morera etc., etc. Delicioso: y nosotros aquí, personajes vivos de la comedia que comentan. Lo que menos se pueden imaginar allí es nuestra situación actual y donde nos desenvolvemos. ¿Qué sorpresas ha de haber! Aguardo impaciente las noticias de Codinach.

Enterado de tu situación geográfica te prometo intentaré venir a verte. Te lo comunicaría antes.

No necesito perdonarte por tu carta. La mía de ayer te habrá aclarado suficientemente la mía que te incitó a ti a escribir tan destempladamente. Y estoy convencido que has de estar de acuerdo conmigo. Tú para verme tienes que ir hacia Mequinenza y antes de llegar allí, por la carretera siempre encontrarías nuestro P. de M. del que no disto mucho. A ver si me sorprende una llamada de mi amigo el Dr. Diciéndome que estás tú allí. ¡Venga! ¿A que no eres capaz?

Espero carta de Moya. Además, te repito lo de ayer. Dentro de poco, una sorpresa. ¿Qué…? ¿Cuándo…? ¡Paciencia! ¿Calma! Todo llegará… si llega.

El más fuerte abrazo de tu hermano

Daniel

El amigo Antonio Serch te da su más cordial enhorabuena y me comunica haber recibido de su casa una carta en la que le notifican la muerte de su cuñado en el frente Ebro rojo. ¡Mala suerte! ¿Y nuestro hermano José?