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i història de Manresa

Les 140 cartes de Daniel Torra i Ferrer al seu germà Albert
(octubre 1937-març 1950)

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21/7/1938

Daniel Torra           Granada

Albert Torra           Terriente (Teruel)    (Reb. 27-7-38 / Cont. 29-7-38)

Queridísimo hermano: Recibí tu carta del día 2, con bastante retraso y ayer una del día 16 de junio me parece, que mandaste al Alto de León junto con una de Millán. No te contesté en seguida porque no tuve en absoluto nada de tiempo y además (y sinceramente fue por eso pues tengo dos cartas para ti que no mandé) por falta de dinero para el sello. Hoy, que tengo 0,60 te escribo para contarte bastantes cosas. Ante todo estoy contento al decirte que aprobé el 1er curso (la más fuerte eliminatoria) y con bastante buena puntuación. Terminó el curso el día 13 y después ha habido la Jura de la Bandera, en Badajoz que merece capítulo aparte. Salimos de Granada el 15 por la mañana y después de pasar 23 horas en un tren a ratos expreso, otros rápido, otros mixto y otros mercancías a pequeña velocidad (lo digo por las distintas marchas que tuvo) y sufrir el mayor calor que registra mi vida termométrica el día 16 llegamos a Badajoz que nos recibieron con todos los honores. Fuimos alojados a distintas casas de la ciudad que nos hicieron objeto de las atenciones más exquisitas, desviviéndose para complacernos. Hasta el día siguiente (17) no juramos y tuvimos todo el 16 libre. Badajoz se hundía. Todo repleto de Alféreces pirulos y cadetes padres acompañados de bellísimas niñas que hicieron las delicias de los futuros oficiales. ¿Hay en Badajoz alguna niña que no sea algo formidable? Yo creo firmemente que no y me acompañan en este credo todos los que fueron conmigo. Se nos agasajó de todas maneras y a todas horas. Sesiones de cine, vinos de honor, “lounches”, banquetes, bailes…, lo que quieras. Y por todas partes satisfacción que se traducía en la irresistible simpatía de todo de todos y sobre todo (repito) de todas. El día 17 aguantamos bajo un sol ecuatoriano (sin duda más de 40º) tres horas de formación en firmes. Hubo misa, dos revistas de general (la del Gobernador Militar y la del General Orgaz) y parlamentos de nuestro Coronel Director, del conde de Vallellano, y del General Orgaz. Todos ellos en un alto y vibrante estímulo patriótico que nos satisfizo a todos. Otro capítulo lo merece por sí solo el banquete que el Excmo. Ayuntamiento dio en honor nuestro en el Hotel “Majestic”. No tiene seguramente precedente en la historia de los opíparos banquetes. El menú… bueno, el menú es inenarrable pero fue el todo lo del Banquete lo que dio a éste características verdaderamente impresionantes. Las mesas preparadas con exquisitez femenina estaban para un máximum de seis histriones. Cada uno tenía una delicada camarada de Auxilio Social que hacía las delicias de los comensales sirviéndoles grácilmente. Y hubieras visto a una Nazaret, a una Patro, a una Carmen, a una Pilar, etc. etc. que hacían verdaderas filigranas en el arte de camouffar botellas de Rioja para cambiarlas con otras del mismo néctar pero… vacías. Corrió en grandes cantidades el vino, el licor, el café y los habanos suculentos que aparecieron a última hora. Ni que escribiera 50 cuartillas intentando darte una ligera idea de lo formidable que fue todo sería en vano. No lo conseguiría. El día siguiente nos quedamos también, en plan de invitados y prosiguieron nuestros paseos por la incomparable calle de San Juan. Nuestras visitas al delicioso salón-café “Gambinos” y nuestras tardes crepusculares en el parque de Castelar, acompañándonos en este “Via Crucis” una Ketty, una Carmen, una Fernanda y así infinitamente.

El 19 salimos (muchos piensan volver) y si extraordinario fue el recibimiento, apoteósica la despedida. Hubo de todo incluso para ponerse a tono… lágrimas.

Ayer llegué y recibí, como antes te he dicho, tu carta, terminada esta que lees, escribiré una a Peñarroya pidiéndole me mande cuanto antes “to money”. Te ruego le pidas para mí lo mismo, pues te auguro que me es de todo punto indispensable. Libros, jabón y una serie de gastos de todo punto ineludibles. Además unos días antes de fin de curso, tú ya le puedes hablar de eso, le volveré a pedir más de “l’argent” para poderme comprar el “equipo” que exigen. Tu verás que lo necesito y Peñarroya es el áncora. Desde luego todo le será devuelto con mis pagas. Al recibir esta carta y antes de contestarme a mi le escribes a él, reforzando la carta que yo le mando y en los términos que te indico. Se lo pido por giro telegráfico. Estaré satisfecho de recibir más a menudo tus noticias. Estando como estás no me gusta estar sin carta tuya tanto tiempo.

Saludos a todos y uno para ti de Millán y el más fuerte abrazo de Daniel

De la pluma, ¿hay algo?

Mis cartas igual dirección pero a 1ª Cª, al 2º curso se cambia de Cª.