27/11/1937
Daniel Torra Santander
Albert Torra Gijón (Reb. 3-12-37 / Cont. 4-12-37)
Queridísimo hermano:
He recibido en un cortísimo espacio de tiempo dos cartas tuyas que como todas las que me diriges vienen a acompañarme y fortalecerme. Voy a contestarte y perdona que no lo haya hecho antes, o sea al recibir tu primera, de estas dos, como siempre solia pero hoy estoy contento de no haberlo hecho porque podré contarte bastantes cosas que espero te pongan contento. Supongo que habrás recibido otra carta mía en la que te comunico que ya ha pasado la depresión de ánimo que tuve los primeros momentos en Santander. Pero lo que más me extraña es que no me hablas de unas postales que te mandé y creo recordar vagamente que en ellas te anunciaba mi partida de San Sebastián para Santander. Pero en fin, no importa. Lo esencial es que con toda verdad y convencimiento ahora estoy muy bien. Es decir, mejor todavía. Estupendísimamente bien. Estoy al frente de la oficina de la 4ª Compañía y además muy considerado por todos los oficiales y jefes. Tengo la más grande y absoluta libertad. Entro, salgo, trabajo, descanso, me combino las cosas de la manera que quiero y siempre a gusto de los superiores. Nada, que estoy completamente encantado. Como es natural no hago ninguna guardia, ni instrucción ni revista ni nada. Mi horario nominal es de 9 a 1 y de 4 a 7 pero no reza en nada porque si voy a las 10 porque me pego a las mantas no importa porque todos saben que si es preciso me quedo hasta las 11 de la noche, solito en la oficina trabajando incansablemente. Ya ves tu. Además puedo salir lo que quiero por las noches con el beneplácito de todos etc. Es decir un semipríncipe. La comida que tu me mentas en tu última, si bien los primeros días la encontré bastante desastrosa, ahora G. a D. ha mejorado ella en si bastante y además yo me he acostumbrado lo suficiente para encontrarla exquisita. Hoy mismo he comido arroz, garbanzos fritos y pescado. Una comida de a duro. Tengo que agradecer a Peñarroya el interés que puso por mi los primeros momentos pues a no ser el yo me encontraba en un estado tal de cometer cualquier barbaridad. En cuanto a Pons el día que nos veamos ya te contaré también algo. Ciertamente aquí encontré a varios conocidos y amigos. A Muncunill, el hermano de aquella que se casó con el fabricante Viñas; a Tomás Serrahima de los seguros; a Masana del Borne. Los dos primeros están en la Legión Cóndor (aviación) de xóferes. Y Masana también de xófer en sanidad Militar. Ayer recibí las 50 pesetas que me anunciabas y que agradezco infinitamente. También escribí, no sé si te lo dije, al Dr. Sirvent de Palma. Bueno, creo que me he dado ya bastante importancia y paso a cosas que la tienen mayor.
Tu amigo Algué se encuentra en la España Nacional al igual que los hermanos Espelt! Están en San Sebastián. Espelt es aquel muchacho que recordarás seguramente: estudiante, etc. Estoy aguardando contestación a una carta que le mandé. Si queréis, tu y Selga, comunicaros con Algué podéis escribir, pues no sé exactamente su dirección, al hermano de Peñarroya en: San Sebastián. Padre Larrea 3, 3r, 1a. El se encargará de dárselas pero es preciso que el sobre sea a nombre de Peñarroya (Francisco) y con aquello de “para entregar a Ramon Algué”. Cuando reciba la carta de Espelt como le pido informes de casa te mandaré sus impresiones.
Perdona que termine pero son las 6 y estoy invitado por López de los jabones, el cojo, que ha venido a acompañar a una expedición para la Columna, a tomar una cerveza en el Café Boulevard, y yo como gran señor voy a la cita.
Pierde cuidado que mis compañeros y amigos quedan reducidos a uno casi: Peñarroya y mi vida es un ejemplo de virtud. Hay que ser bueno para recoger el premio al volver a Manresa ¿comprendes?
Recuerdos y saludos a Selga y un saludo de parte de Gumersindo Roca que me mandó una amable postal. Tú, un fuerte abrazo metafísico que deseo sea pronto real, de tu hermano
Daniel